Un tiburón gigante (megalodon) con poderes místicos, un pueblito playero mexicano, mitología azteca, plataforma petrolera con derrame incluido y un sermón forzado de la furia de la naturaleza contra el hombre; esto es El Demonio Negro, pero ahora imaginen todo con un pésimo guion, actuaciones de pena ajena y una visión de México que alejaría a cualquier turista de nuestras playas.
Josh Lucas es el único nombre famosillo en este churro y vaya que se nota que estaba necesitado de trabajo para haber aceptado protagonizar este sinsentido de film. Ojo que tampoco es un Al Pacino, pero tiene un par de películas muy respetables en su haber, tales como Ford vs Ferrari, o la comedia romántica Sweet Home Alabama, o la serie Yellowstone.
Vayamos a la trama: Ben es empleado de una compañía petrolera y es enviado a revisar una plataforma en el mar de Baja California; Ben decide que es buena idea viajar con su familia para aprovechar unos días en ese paradisiaco lugar pero lo que no sabe es que desde que la plataforma fue instalada una mítica criatura fue enviada por el Dios Tlaloc (jaja, así como suena, Tlaloc), para castigar al hombre por su ambición y el daño ambiental; la criatura es un megalodon que se come todo lo que se acerque a la plataforma y ha convertido el pintoresco pueblito en un pueblo fantasma en donde solo quedan habitantes con cara de malosos y odio por los gringos (así, tipo de sketch cómico pero sin ser gracioso). Como era de esperar Ben y su familia (insoportables todos, con ganas de que se los comiera el tiburón desde los primeros 15 minutos) quedan atrapados en la plataforma a merced de la vengativa bestia que aparte de ser un descomunal tiburón tiene el poder de hacer que sus victimas tengan visiones y se confundan–seguro ya soltaron alguna risa Fans del Terror, yo lo hice pero en el cine. Ben resulta no solo ser un Godín de alto puesto en la empresa sino un McGyver cualquiera, buzo super hombre que hará lo imposible por salvar a su familia y hacer la paces con la madre tierra.
Como Mexicano la película si me hizo sentir incomodo, aquí se hace lo opuesto a lo que Pixar hizo con Coco. El Demonio Negro pinta a los residentes del pueblito como gente ignorante, sumergidos en cultos a Dioses prehispánicos, todos borrachos, malandros, sucios y demás; vaya, incluso los dos Mexicanos que habitan la plataforma están ridiculizados y exageradísimos en sus papeles. En serio no hay ningún ingeniero petrolero mexicano que haya avisado de la situación? En fin, penoso el retrato de México en esta película.
Fans del Terror, si se anima a verla, o si ya la vieron, platíquenme que les pareció.
Gracias por la no recomendación, me ahorrare el tiempo y el dinero en no verla!